Los bosques y sus habitantes, pobremente abordados en la agenda de los candidatos 2018


19 julio, 2018, Por:

Este 2018, México enfrenta un proceso electoral que será crucial para el país. Las elecciones federales para elegir presidente de la República y renovar congreso, así como los procesos electorales estatales y municipales, representan una nueva oportunidad para enmendar la política pública y resolver problemas de gran relevancia para el desarrollo del país.

 

Ciudad de México a 20 de marzo de 2018

Este 2018, México enfrenta un proceso electoral que será crucial para el país. Las elecciones federales para elegir presidente de la República y renovar congreso, así como los procesos electorales estatales y municipales, representan una nueva oportunidad para enmendar la política pública y resolver problemas de gran relevancia para el desarrollo del país.

 

En lo que se refiere al tema forestal, el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible revisó los documentos de plataforma electoral y planes de gobierno de los tres candidatos a la presidencia procedentes de partidos políticos: Andrés Manuel López Obrador, de la coalición “Juntos haremos historia” (Morena, PES, PT); José Antonio Meade Kuribreña, de la coalición “Todos por México” (PRI, PVEM, PANAL), y Ricardo Anaya Cortés, de la coalición “Por México al frente” (PAN-PRD-MC). En general, no plantean cómo revertir los problemas que enfrenta el sector forestal, a pesar de su enorme importancia, no solo como sector productivo, sino en términos ambientales, de combate al cambio climático y de provisión de servicios ecosistémicos indispensables, como la recarga de mantos acuíferos, la regulación de la temperatura, la captura de carbono y la conservación de la biodiversidad, entre otros.

 

Las tres coaliciones reconocen que es necesario modificar la situación del sector forestal -que enfrenta desigualdad, pobreza, deterioro ambiental, tala ilegal-, y si bien dos de ellas presentan algunas propuestas para dinamizar este sector, en general tienen grandes faltantes y no hacen un abordaje integral que permita impulsar y fortalecer al sector y mejorar las condiciones de vida de los dueños de los territorios.

 

En este Día mundial de los bosques compartimos aquí lo que cada coalición dice sobre el tema en su plataforma registrada ante el INE, explicamos sus principales deficiencias y llamamos a darle mayor prioridad el sector y a adoptar propuestas específicas para fortalecer a los ecosistemas forestales y sus dueños:

 

PRI-PVEM-PANAL:

Propone “promover una política pública de desarrollo en zonas rurales. Respetando la cultura y la identidad de cada comunidad, debemos encontrar la manera de reducir la dispersión y el aislamiento poblacional. Ello representa un paso clave para mejorar la conectividad, facilitar el acceso a los servicios básicos e indispensables, abatir la pobreza y mejorar las condiciones de vivienda. Parte de este esfuerzo debe implicar apoyo al desarrollo comunitario a través de sectores como el ecoturismo, la silvicultura, la artesanía o el cuidado del medio ambiente”.

“Combatir la deforestación y promover la reforestación. Como parte de la estrategia de mitigación y adaptación al cambio climático, es crucial que frenemos la deforestación y la degradación del suelo, protegiendo los ecosistemas naturales mediante áreas naturales protegidas y prácticas sustentables de manejo forestal y vida silvestre. Asimismo, tenemos que crear condiciones e instrumentos para ampliar la cobertura forestal.”

 

Coalición MORENA-PT-PES:

Refiere que tenemos un “déficit anual en la balanza comercial forestal del orden de 6,000 millones de dólares, del cual 1,000 millones corresponden a celulosa, 1,149 a productos de madera y 3,892 millones a papeles y cartones”. Asimismo, hace referencia la pérdida anual de 150 mil hectáreas de bosques y selvas.

Propone plantar un millón de árboles maderables y frutales para recuperar las zonas degradadas y deforestadas. Dice que con esa reforestación se producirán alrededor de 400 mil empleos y se fomentará la producción de madera para reducir el déficit en la balanza comercial de productos forestales.

“Impulsar las plantaciones forestales comerciales para celulosa, hule y aserrío principalmente en el Sureste (Tabasco, Campeche, Veracruz) bajo esquemas forestales y silvopastoriles, con especies introducidas de rápido crecimiento.

Agrega que “ninguna plantación deberá estar basada en nuevos desmontes. Se habrá de consolidar lo que se ha hecho bien en el pasado en programas federales y estatales. Además, propone “simplificar requisitos y eliminar restricciones regulatorias (caso cedro rojo, cedro blanco, etc.); incrementar los subsidios oficiales para los productores ejidales, comunales y propietarios particulares de la tierra, y buscar la transversalidad de apoyos e incentivos dentro del gobierno federal y con los gobiernos de los estados y municipios”.

 

Coalición PAN-PRD-MC:

Hace referencia a la importancia de salvaguardar los recursos naturales y a la necesidad de tranversalizar en toda la política el componente medioambiental. No se refiere a la gestión de los recursos forestales en materia ambiental ni productiva.

Es necesario “fortalecer el marco jurídico y las instituciones encargadas de salvaguardar los ecosistemas del país y de revertir su degradación, así como de cuidar el medio ambiente y la protección a los animales” e “integrar a las comunidades en el diseño, ejecución y supervisión de los planes y proyectos de desarrollo que afectan los recursos naturales de sus localidades, respetando sus derechos, formas de vida, usos y costumbres, desde un enfoque intercultural”.

Propone “establecer regulaciones para que la explotación de los recursos naturales de pueblos originarios y comunidades indígenas sea sostenible y beneficie a las propias comunidades; y fomentar proyectos ambientalmente sostenibles en zonas marginadas, evitando prácticas de explotación irracional que ponen en riesgo sus recursos naturales”.

 

 

 

¿Qué acciones contiene una buena política forestal 2018-2024?

 

– Darle el justo valor que merece el sector forestal y a las comunidades del país que manejan y conservan los bosques y selvas, por sus enormes contribuciones en términos ambientales, sociales y económicos.

 

– Impulsar la conservación activa de los bosques y selvas a través del manejo forestal comunitario, mediante programas para desarrollar capacidades productivas que permita a los dueños de los territorios forestales acceder a un mejor nivel de bienestar.

 

– Simplificar la tramitología y la sobre-regulación para incentivar el manejo y aprovechamiento sustentable de los recursos forestales y mejorar la competitividad de las empresas forestales comunitarias y detonar el desarrollo de cadenas productivas locales.

 

– Mejorar el modelo de prestación de servicios técnicos para que efectivamente contribuyan a la generación de capacidades productivas al interior de las comunidades.

 

– Incrementar y reorientar los programas de subsidios para el sector con el objetivo de generar capacidades e infraestructura productiva y de conservación.

 

Así están los bosques y sus habitantes

El sector forestal mexicano vive un proceso de estancamiento y deterioro en términos ambientales y sociales. Si bien hay cientos de comunidades forestales ejemplares en el manejo y aprovechamiento de sus recursos forestales, factores como la sobrerregulación, la falta de un sistema de asistencia técnica eficiente para el desarrollo de capacidades locales y la falta de inversiones para el desarrollo de cadenas productivas locales han impedido que el sector crezca, lo cual afecta la calidad de vida de los 11 millones de personas que habitan en territorios con cobertura forestal.

De acuerdo con la propia Comisión Nacional Forestal, en los pasados 19 años, “la actividad productiva del sector forestal mexicano ha estado en declive, la producción se redujo prácticamente a la mitad y actualmente solo satisface la tercera parte de nuestro consumo como país, lo que ha generado un gran déficit en la balanza comercial del sector forestal, y se han perdido empleos e ingresos que se requieren para el desarrollo de las zonas rurales que cuentan con recursos forestales susceptibles de aprovechamiento”.

México es un país eminentemente forestal y no agrícola: 60 por ciento de su territorio corresponde a ecosistemas forestales, que albergan una enorme riqueza en términos de la biodiversidad y servicios ecosistémicos, pero las comunidades que habitan los bosques y selvas -un amplio porcentaje indígenas-, no reciben una compensación digna por sus labores de aprovechamiento, manejo y conservación.