De ahí que el manejo sostenible y la conservación de los ecosistemas forestales en México dependen en gran medida del trabajo que realizan los núcleos agrarios que los poseen y habitan. En los territorios forestales habitan más de 13 millones de personas; para muchas de ellas los bosques son su principal fuente de empleo, ingresos, alimentos y materiales para diversas actividades, además de que los bosques y selvas tienen un significado ritual y están estrechamente vinculados con su cultura y formas de vida.

El manejo forestal comunitario es el aprovechamiento del bosque que llevan a cabo las comunidades y ejidos organizados internamente. Más de dos mil núcleos agrarios cuenta con permisos de aprovechamiento forestal y han avanzado (de manera diferenciada) en la apropiación de sus bosques y el control de los medios de producción.

México es pionero y referente internacional en el manejo comunitario de los recursos forestales, pues tiene más de cuatro décadas de experiencia con más de 2300 emprendimientos comunitarios de manejo y aprovechamiento formal de bosques y selvas.

Existen múltiples factores que han permitido esto, entre ellos los más importantes son el proceso de lucha por la defensa y recuperación del territorio forestal que comunidades indígenas y campesinas desarrollaron en la década de los ochenta del siglo pasado y la apertura en las políticas públicas que esta movilización dio como resultado.

No obstante, el manejo y aprovechamiento sustentable de los recursos forestales enfrenta grandes retos y amenazas como la gran carga burocrática para la obtención de autorizaciones de aprovechamiento; la falta de estímulos y acompañamiento técnico para el desarrollo de las iniciativas productivas forestales comunitarias; la expansión de la frontera agropecuaria; la creciente presencia de la delincuencia organizada en los territorios rurales; la instauración de megaproyectos extractivos como la minería, los hidrocarburos y las mega obras de infraestructura y los megaproyectos urbanísticos y de turismo, que propician el cambio de uso de suelo y el despojo de las comunidades de sus territorios, medios de vida y usos y costumbres.

Todas esas problemáticas orillan a las comunidades a buscar otras alternativas de subsistencia fuera de los bosques y abren la puerta para el ingreso de grupos criminales que deforestan; se deterioran los ecosistemas por la expansión de plagas e incendios por falta de mantenimiento y vigilancia. Ante este panorama en el Consejo Civil acompañamos el fortalecimiento de iniciativas forestales comunitarias de manejo y aprovechamiento sustentable; generamos información y análisis que contribuyan al mejor diseño y aplicación de políticas públicas en el sector forestal; documentamos las amenazas y los casos ejemplares de manejo forestal comunitario porque creemos que el fortalecimiento de las comunidades y de sus iniciativas productivas son la mejor forma de garantizar la conservación de los bosques y selvas en el largo plazo.