Camille Antinori y Gordon Rauseer estudiaron a las comunidades forestales de Michoacán y Durango y reportan hallazgos muy interesantes como por ejemplo:
“La severidad de la tala clandestina es significativamente mayor en las comunidades con menor integración o sin extracción”.
“De acuerdo al nivel de integración vertical, el reparto promedio entre los miembros de las comunidades/ejidos fue el siguiente:
- ✴ las que vendieron en rollo repartieron 30,000 pesos por miembro,
- ✴ las que vendieron madera aserrada, 21,000 pesos por miembro,
- ✴ las que vendieron en pie, 10,000 pesos por miembro.
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