La deforestación del Amazonas brasileño en las últimas dos décadas tiene un claro responsable: los grandes finqueros, propietarios de más de 500 hectáreas de terreno en lo que es –o era– selva, según un artículo reciente publicado en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences. Sin embargo, estos actores han cesado su embestida contra la Amazonía, y la deforestación en la región se ha reducido drásticamente en los últimos años.
El artículo presenta la estupenda noticia de que la superficie del Amazonas brasileño que se perdió en 2011 fue apenas una cuarta parte de la que se perdía en 2004. Uno de los factores más importantes detrás de esa reducción fue el trabajo para evitar el cambio de uso de suelo en las grandes propiedades, mayores de 500 hectáreas. Estos grandes finqueros fueron responsables de al menos la mitad de la deforestación que ocurrió en esa época.
La mala noticia que presenta el estudio, realizado por Javier Godar y Tony A. Gardner, del Instituto de Ecología de Estocolmo; E. Jorge Tizado, de la Universidad de León, en España, y Pablo Pacheco, de CIFOR, es que en 2013 la deforestación en la región registró un ligero repunte, y que ese repunte ocurrió en las zonas más remotas de la selva, donde no se tienen buenos datos sobre la propiedad y es mucho más difícil de hacer valer la ley. Además, la contribución de los muy pequeños propietarios ha aumentado también.
Ahora, señalan estos autores, lo que hace falta es afinar las políticas públicas dirigidas a detener y revertir la deforestación en la región. Un primer paso sería establecer políticas diferenciadas para cada segmento de propietarios y ámbito productivo; que se debe cambiar de un esquema de “ordeno y mando” a uno basado en incentivos, y que se debe invertir en mejorar las capacidades para monitorear lo que ocurre en tiempo real.
Aquí presentamos la infografía que el diario El País preparó sobre el artículo:
