Presupuesto forestal 2015: un nuevo ejercicio de opacidad


15 octubre, 2014, Por:

Presupuesto forestal 2015: un nuevo ejercicio de opacidad

Foto: El Alvi, con licencia Creative Commons.

El Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) presenta el análisis de los recursos solicitados para la Comisión Nacional Forestal (Conafor) en el Proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación.

Un presupuesto escaso

Los recursos destinados a los bosques mexicanos en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación siguen siendo pocos comparados con lo que se necesita y se presentan en tal forma que es imposible saber en qué se utilizarán. Aún más: si se utilizan en lo que reportó el Ejecutivo federal en el II Informe de Gobierno, siguiendo la línea de años anteriores, se habrá vuelto a apostar por acciones poco sostenibles en el tiempo que no garantizan la conservación de largo plazo de los bosques ni la producción sustentable de materias primas forestales. Es necesario invertir al menos un 30% de los subsidios en acciones de manejo y producción forestal sustentable.

En el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el año 2015, que la Secretaría de Hacienda acaba de entregar al Congreso, se destinan siete mil 744 millones de pesos a la Comisión Nacional Forestal (Conafor). Esta cifra corresponde al 12 por ciento del presupuesto total de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Un presupuesto opaco

Hasta ahí lo que se puede saber de ese dinero. En qué se utilizarán los fondos que recibió la Comisión Nacional Forestal es imposible de saber. El presupuesto de esta dependencia está dividido más o menos a partes iguales en tres bolsas, según la modalidad en que se vaya a ejercer. Una bolsa, la de dineros que se irán en subsidios asignados por reglas de operación, se llama Pago por Servicios Ambientales; otra más, la de recursos que se entregarán por lineamientos, está etiquetada como Desarrollo Forestal, y, por último, está el rubro de Protección Forestal, que corresponde a inversiones y gastos ejercidos directamente desde la Conafor.

Esto no sería un problema, si no fuera porque los nombres de las bolsas no indican nada sobre los programas o subsidios que se van a entregar o los gastos que se van a efectuar (ya la Auditoría Superior de la Federación hizo una observación al respecto). Además, ni la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ni la Comisión Nacional Forestal han informado qué programas o componentes corresponden a qué rubro. Por ejemplo, muchos de los gastos operativos de la Conafor están en el rubro “Protección Forestal” y no es posible identificar desde el Proyecto de Presupuesto qué rubros serán financiados, cuánto se destinará a gasto corriente ni se refieren directamente a gastos en protección de los bosques.

Por ejemplo, muchos de los gastos operativos de la Conafor están en el rubro “Protección Forestal” y no es posible identificar desde el Proyecto de Presupuesto qué rubros serán financiados, cuánto se destinará a gasto corriente ni se refieren directamente a gastos en protección de los bosques. De igual forma solo aproximadamente solo aproximadamente una tercera parte de los recursos etiquetados como “Pago por Servicios Ambientales” se destinan para ese fin.

Un presupuesto poco efectivo

Con la información del Proyecto de Presupuesto para el sector forestal no existe forma de saber en qué se gastarán los recursos y se abre la oportunidad a un gasto discrecional en los distintos componentes del Programa Nacional Forestal, limitando la posibilidad del Legislativo y del propio sector en la revisión del presupuesto.

Sin saber el destino específico del gasto, puede aventurarse que de mantenerse la tendencia que ha seguido la Comisión Nacional Forestal en los últimos años, el énfasis estará en el pago por servicios ambientales y en la reforestación. Sin embargo, la experiencia del país y la evidencia acumulada por un sinfín de estudios al respecto han mostrado que la mejor forma de conservar los bosques en pie es darles valor económico. Desde hace tres décadas las comunidades forestales mexicanas han logrado hacer ambas cosas a través del aprovechamiento sustentable de los recursos naturales.

El aprovechamiento sustentable de los productos forestales ha mostrado tener la virtud de dar valor a los bosques en pie y de mantener su buena salud. Varios estudios señalan que su impacto en términos de conservación es positivo y es equivalente al del establecimiento de un área natural protegida. El manejo forestal sustentable tiene, además, la ventaja de que activa la economía de las regiones forestales, que se cuentan entre las de más alta marginación del país, y en las que es difícil emprender procesos productivos con un efecto multiplicador tan grande como el de la producción forestal.

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