El verdadero valor de la caoba, es la organización y trabajo comunitarios


18 agosto, 2017, Por:

El verdadero valor de la caoba, es la organización y trabajo comunitarios

El ejido Caobas, ubicado en el municipio de Othón P. Blanco, Quintana Roo, es uno de los ejidos forestales que ha alcanzado un alto nivel de consolidación y de bienestar para las familias que lo integran, por sus actividades de manejo, aprovechamiento y comercialización de sus recursos forestales.

El ejido, conformado por 311 ejidatarios, cuenta con las certificaciones del FSC de buen manejo forestal y de cadena de custodia, lo cual quiere decir que cumple con los requisitos de un estándar internacional que garantiza que la madera que cosechan y comercializan es de origen legal, que emplean buenas prácticas para la conservación activa del bosque, que realizan reforestaciones, tratamientos para evitar plagas e incendios y que sus trabajadores cuentan con servicios de seguridad y salud.

Caobas cuenta con una superficie de 67 mil hectáreas, de las cuales, 32 mil 500 se encuentran dentro de su plan de manejo forestal autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Además de su empresa forestal comunitaria, Caobas cuenta con una Unidad de Manejo Ambiental (UMA), ofrece actividades de senderismo y ecoturismo y tiene un vivero para la producción de plantas; con estos proyectos genera ingresos y empleos para los habitantes del ejido.

Inclusión de jóvenes y mujeres

El presidente del comisariado ejidal, Senén Carmona, un joven de 26 años de edad, comenta que este ejido forestal de la Península de Yucatán es un referente para muchos otros, debido al camino que ha seguido para consolidarse tanto en la organización y la gobernanza interna, como en la transformación de la madera y su comercialización directa dentro y fuera del país.

El propio Senén es un ejemplo claro de la capacidad que tienen los jóvenes para involucrarse en las actividades de aprovechamiento y de toma de decisiones dentro de las organizaciones ejidales y comunitarias, pues ha promovido buenas prácticas de transparencia y rendición de cuentas al interior de la asamblea que les ha permitido dar un mejor manejo a las finanzas de la empresa forestal comunitaria.

Asimismo, el presidente del comisariado ha propiciado una mayor participación de las mujeres en las actividades y toma de decisiones. Al momento de designar a los integrantes de la mesa directiva del comisariado incorporó a la señora Inés Rodríguez como secretaria ejecutiva y gerente del Aserradero de la empresa forestal comunitaria.

La caoba y el mercado

Como su nombre lo dice, este ejido se caracteriza por la riqueza de caoba que posee su bosque. Esta madera preciosa tiene un alto valor de mercado y mucha demanda, cualidades que Caobas ha sabido aprovechar. Si este ejido no tuviera el nivel de organización, capacidad de trabajo e inteligencia de mercado con que cuenta, el valor de esta madera preciosa, junto con las otras especies que cosechan -el tzalam, el chechen, el zapote, el cedro y los chacaj blanco y rojo- se quedaría en manos de los intermediarios y no de la empresa forestal comunitaria.

Gracias a su buen nivel de organización, destaca Senén Carmona, han logrado vender su producción a un mejor precio y evitando a los “coyotes” (los intermediarios que les compran a un precio muy bajo y revenden con un enorme margen de ganancia). Y no solo eso: el Ejido Caobas ha logrado firmar contratos para la exportación de sus productos forestales, lo que les generan mejores utilidades.

“Mucho de lo logrado en términos del comercio de la madera es gracias a la certificación en buen manejo forestal y la cadena de custodia con la que contamos, porque la certificación es un compromiso con la legalidad en el sector forestal, y eso es algo que ya hemos interiorizado en el ejido”, subraya Senén Carmona.

Senén relata que lograr esos buenos resultados no ha sido sencillo, pues se han enfrentado a conflictos internos con grupos de ejidatarios que no tenían plena confianza en que ese proceso de comercialización pudiera lograrse. Querían vender por su parte y obtener dinero de forma inmediata, aunque fuese una menor cantidad.

Además, resalta:

“enfrentamos la asignación de subsidios que están mal dirigidos y regresivos que le causan daño al sector y en particular a las comunidades y ejidos porque se apoya a monstruos del sector para que sigan ahogando a los dueños de los recursos forestales”.

Caobas tiene un permiso de aprovechamiento por 10 años que le permite cosechar de forma sustentable, cada año, 2 mil 200 metros cúbicos de madera de las distintas especies con las que cuenta su bosque. Sin embargo, explica el presidente del comisariado, no aprovechan todo ese volumen porque no han encontrado un buen mercado para todas esas variedades.

Asimismo, como parte de su programa de manejo tienen una autorización para aprovechar 700 metros cúbicos de caoba cada año.

Organización de trabajo

En el ejido conviven grupos de pobladores que llegaron de Yucatán, Tabasco, Veracruz, Chiapas, Puebla y Oaxaca, luego del reparto agrario. De forma natural, esos grupos se fueron consolidando cada uno por su lado. En cierta forma, las diferencias culturales los separaron y, en algunas ocasiones, la toma de decisiones no ha sido sencilla.

A pesar de ello, explica Senén, han logrado sobreponerse a esas diferencias culturales mediante la celebración de asambleas transparentes, que generan confianza y les permiten llegar a acuerdos que se respetan.

Los diferentes puntos de vista que hay entre los 9 grupos que conforman el ejido son un verdadero contrapeso en la toma de decisiones.

Cada grupo de ejidatarios designa a un jefe, quien es responsable de hacer llegar las inquietudes del grupo al comisariado ejidal, además de brindar asesoría al presidente del comisariado para la toma de decisiones.

Esta forma de decidir ha llevado a Caobas a una situación en la que hay beneficios para todos los miembros, las mujeres están involucradas activamente en diversas actividades y en la toma de decisiones y la planeación es de muy largo plazo.

Caobas ha llegado a tal grado de profesionalización en su trabajo, que conoce perfectamente cada árbol y cada tramo de su territorio y sabe qué pasará en los próximos 50 años con cada uno de sus cedros, caobas, chechenes y demás especies.

El reto en adelante, platica el joven presidente del comisariado ejidal de Caobas, es seguir avanzando en desarrollo de mercados e inclusión de todos los actores del ejido: jóvenes, mujeres, adultos y adultos mayores en actividades productivas para lograr un mejor nivel de desarrollo de la comunidad.

*Fotografías : Consuelo Pagaza para CCMSS

Últimas entradas